Pablo Gonzalez
En Avellaneda, el Rojo y el Globo definen el primer clasificado a la final de Santiago del Estero. Dos que van por mucho más que la posibilidad de definir un campeonato.
Cuánta historia hay en juego, ¿no? Porque el partido de este sábado no es solo una cuestión de prestigio. Hay mucho sobre la mesa. Desde la posibilidad de llegar a una final hasta la pelea interna de ambos contra la mochila pesadísima de tantos años sin títulos locales. Pero ojo, antes hay que dar el primer paso: Independiente recibe a Huracán en el inicio de las semis del Torneo Apertura.
Es un cruce que tiene de todo. Un choque de grandes. El recuerdo de los mano a mano pasados, la idiosincrasia característica de cada uno, la necesidad de gritar campeón… ¡y qué te parece! Si el Rojo lleva casi 23 años sin consagrarse en ligas locales, mientras que el Globo, casi 52. Obvio que los dos saben que después hay un obstáculo más. Pero también demostraron ser de esos equipos que saben cómo cruzarlos. Ambos vienen de dar el golpe, en la Bombonera y en el Gigante de Arroyito, respectivamente.
Los de Vaccari tienen una a favor: la localía. Y vaya si el deté entiende de qué manera usarla, si todavía no sabe lo que es perder en Avellaneda desde que llegó al club. Son 24 los partidos que Independiente lleva invicto en su casa, 22 de ellos con el gran Julio en el banco (los otros dos, dirigidos por Hugo Tocalli en su interinato). Envalentonado no solo por el triunfo ante Boca, sino también por la superioridad con la que se quedó con ese partido, el Rojo tiene el ánimo por las nubes.
Vaccari tiene una gran racha de local (FOTO: Prensa Independiente).
Aún así, esta cuestión queda de lado a la hora de definiciones. Porque a pesar de que Federico Vera, lateral derecho que será titular en el local, lo expresó diciendo que “no hay favoritos, entramos once contra once”, hay muchos argumentos para explicar el motivo por el cual Independiente tiene merecido llegar a esta instancia: presión constante a partir de los laterales y volantes, jerarquía individual y, capaz lo más importante en este tipo de cruces, entender como jugar los partidos chivos.
Pero del otro lado la cosa viene parecida. Porque si hay algo que supo demostrar el Huracán de Kudelka durante el año es personalidad para pararse de igual a igual ante cualquiera. Le ganó a Corinthians en Brasil (primer triunfo allí en su historia), desplazó a San Lorenzo en el Ducó con soberbia y se impuso en canchas difíciles como las de Racing, Vélez (en estas dos rompiendo grandes rachas), Central Córdoba y Rosario Central.
Kudelka y los suyos van por otra épica (Foto ladeportivalr).
Y si de rachas se habla, el Globo hoy tiene un desafío con la historia. Sabe que Avellaneda le sienta difícil: la última vez que ganó en el actual Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini fue en el 2014, en el marco de la vieja B Nacional. Pero jugando en Primera División, hay que viajar hasta el 2002. Sí, 23 años. Siete derrotas y apenas un empate desde aquel entonces hasta hoy.
La Deportiva LR
